Friday, August 11, 2006

Tale of two cities - Tail of two bykes

Ustedes sabrán que yo tenía lo que yo tenía:
Unas navidades, se me ocurrió
regalarnos unas bicicletas,
amarillas y blandas, a ella y a mí

Poquito las usamos, estábamos en otra,
en ver amigos, viajar a lejanos parajes
los niños, aún pequeños, no podrían seguirnos
ESO SE ACABÓ, TAMBIÉN LO SABEN!

No sólo camas, sino casas separadas! y en la
repartija de las pertenencias ella se quedó
con el auto y yo, con las bicis. Igual rico,
las compras entran en el costal,
(que lo demás no importa) el pan es liviano

Veloz, raudo, ufano, recorría yo la Costanera
(la de Andrés Bello, no la otra, inculta!):
si cayérase un pedazo de la amada (bicicleta)
sacaba yo el repuesto de la otra, que Bacán

Ay sabroso, me dió la felicidad, uy sabroso
hasta que me la robaron, en la nariz de los guardianes,
de mi campamento, de mi condominio, mi parcela actual
¿Volver a caminar? ¿a tomar el omnibus? Desolación!

Adiós gracias, me quedaba el repuesto, desgreñada,
las ruedas afuera, enfrentadas, reventadas, qué más dá
por suerte, antes de partir, la había yo engrassada
me agencié una, azul, oscura, de por mientras, me decía

(Sólo por tener alguien, perdón, algo a quien montar)
pero era DURA, adusta, arisca, era ella más aún, ijar
que todas la que conocí -salvo una
que ya no está más, que pena tan negra.

Hasta que me decidí y, en medio del frío que hizo
partí a comprar lo esencial: pedales, eso, mire
canastillos y aceite de almendras, que le puse.
La miré, le hablé y comprendí, que con un poco

de suavidad, grassa (engrasa a alguien y lo tienes
dicen en la tele), le dí vueltas y hoy, cinco
de agosto, la recuperé. Hoy me siento GA Bécquer,
hoy los cielos y la tierra, hoy creo en adiós!

R



Morenis: creo que no te va a gustar mucho juntarte conmigo, estoy vieja, mañosa y, con el desparpajo que otorgan los años, con algunas ideas establecidas.
1. No entiendo, más bien me cargan, los blogs personales. ¿De qué se trata?, ¿de un egocentrismo sin límites o de ninguna conciencia para latear al prójimo?, me parecen equivalentes a aquellos que muestran con entusiasmo infantil sus fotos de viaje, ¿a quién más le podrían interesar si no a ellos mismos?
2. Me gusta el cine, pero no tanto como salir un día de invierno después de una larga jornada laboral. Como ves, no lo pasarías bien conmigo. Estoy criticona y cascarrabias y lo que es mejor-peor cada día me cuesta menos reconocerlo.
un abrazo V.

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