Monday, February 16, 2015

Domingo Santo

Hoy domingo, desperté con fe.
Desayuno frugal, mermelada casera en pan integral.
Revisión de horrores noticiosos, que arde Dinamarca,
acusan a mi querida Cristina de odiosas infamias (dixit),
se nos incendia Casablanca y la Araucanía,

a Davalitos, pobre chiquillo, un consejo:
"No basta con ser tonto, también hay que parecerlo".
Mas los P. Larraín, Guzmán y el cura Berríos me alegran la visual.

Jesuita, dije y el Velociraptor me miró raro...
"Sí, mi querida cleta, hoy vamos a rezar", que le dije.
Pausa a los agnosticismos, incredulidades y ateísmos.
Mis albos pantalones largos planché,
vestí mi polera y ojotas de etiqueta,
y al bailango nos juimos.

Bailar es: canes, SUVs, "eventos" pavimentales esquivar.
Raudo bajamos A. de Córdova, la Costanera norte hasta
la Costanera ilustrada, donde bailamos con
ciudadanas y ciudadanos, sobre patines, patinetas, triciclos,
sobre cletas de todos los tipos, mirando imprudentes que
se sacan la cresta y las minas llevando a su hijita o poodle
durmiendo en la canastilla. Bref, otro aplauso pa' la Josefina.
(No todo es potisivo, eso es materia de otro reportaje).

Así, glissando, esquivando, llegamos a la Recoleta franciscana,
con un dejo de recuerdo al magnífico funeral de Pedro Lemebel,
subimos hasta la catedral ortodoxa de San Jorge, llegando
justitito a tiempo para estacionar, saludar y misa escuchar.
Cantada por nos todos, potentes voces de sopranos, contraltos,
castrati, bajos, barítonos, con que nos deleitamos y conmovimos.

Fin de la misa: la hostia aprecié, el café de grano bebí,
a todos saludé -Pope, sacerdotes y feligreses-
hermosa comunidad.

Mi plan era ir a reconocer la misa nocturna, en la plaza de la Paz.
Partimos, mas dando un rodeo por otra augusta catedral bizantina,
otra vez maravillarse con la religiosidad del Patronato's barrio,
sin mencionar la catedral gótica papista allí mismo alojada.

Llegar a WOMAD nos costó un mundo. La entrada no era por Av. La Paz,
como imaginamos, sino por un largo, larguísimo rodeo hasta
la entrada recoletana del Cementerio general.
Ya ambos estábamos un poquitín hambreados y acalorados, so
¡À la maison los boletos! 40 min para subir, de nuevo apreciando a
cientos de ciclistas, ciclistos, hasta Pdte Riesco y nuestra humilde morada.

Pausa de colación y de movidas varias para mis productos vender,
chapuzón en la piscina del condo y repartimos a la misa nocturna
de la ilustre Sinead O'Connor, calva, "Rica" que le gritaban,
con hábito de monja, cruz al pecho y blujines bien planchados vestida.
Nos impactó su voz, energía, fortaleza y comunión.

Rispetuosamente.
El Roberto y su cleta.



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